Para nadie es un secreto que entre los departamentos, pueblos y municipios colombianos, el dialecto es algo que varía y se vuelve representativo y característico de cada región, siendo así un reflejo de su gente, su cultura y su historia. En el caso bien conocido de Santander, este destaca entre los demás por sus diferentes y creativos refranes o dichos que no faltan en la conversación de un santandereano.
El santandereano tiene unos usos del lenguaje bastante coloquiales, con unos dichos particulares como: “No sea toche”, “Pingo”, “juepuerca”. O que en lugar de decir a caballito, dice “A tuche”; un regaño es una “juetera”; cuando se baila pegado, se dice que “brilla hebilla”. Un buen santandereano no camina, “echa pata” o va “En el carro de don Fernando”. En estos últimos ejemplos tan comunes, se puede evidenciar que su sintaxis se basa en juegos de palabras.
En otros casos, la lengua se modifica utilizando palabras cuyo significado a libre interpretación ejemplifican lo que se quiere comunicar, este es el tipo del dicho “Esa persona es mucho avión” en vez de decir que es sagaz. En conclusión, Santander no solo ofrece un producto turístico fantástico frente a otros lugares, sino que la forma de hablar su gente también supone un gran entretenimiento y un viaje fuera de lo común que harían unas vacaciones inolvidables. Por esta y muchas más razones se hace impensable no ir a Santander y mas si el Hotel Condado de Pavas ofrece sus instalaciones para que disfrutes mientras haces uno de los mejores paseos de tu vida.
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